Decido que hoy se va a dedicar a dos
cosas, a saber:
1.- Aprender a moverme por Copenhague.
Esto significa ir a todas partes a pata (por falta de tiempo no
será). Como final de este punto incluía el comprarme el abono
transporte mensual, pero iba a ser que no.
2.- Hacer una compra más amplia y
tomar posesión de mi cajón de la nevera.
Como parte de mi magnífico plan de ir
andando en la medida de lo posible, sobre todo alrededor de la
residencia, me bajo de Persillehaven (calle de la residencia) a
Herlev Bymydte (donde se coge el 350S que te lleva directo a
Nørreport, un intercambiador muy céntrico) Dicho así suena chachi,
un paseíto, pero es un paseíto de algo más de 2km. Bueno, para
coger el ritmo, not bad.
Una vez en el 350S (y los poco más de
5€ que cuesta un sencillo de bus) descubro que al menos los buses
tienen Wifi, aunque con truco. Tienes que rellenar un formulario y te
envían una contraseña a tu correo electrónico. Así que podré
usar el wifi del transporte público cuando mire mi correo desde otro
lugar.
Nørreport me recuerda mucho a España.
Sobre todo a Madrid. Sobre todo en el hecho de que esté totalmente
levantado, con unas obras del copón.
A cada lado de Nørreport Station hay
un parque enorme, bastante similares: un lago en el centro, puentes,
vegetación, todo muy cuco. En uno de los parques hay un invernadero
con unas cuantas plantas curiosas, en el otro hay un montón de
estatuas de diversos temas, siendo el principal la mitología griega.
Te podías encontrar fácilmente a Zéus sujetando un bebé, un
sátiro bebiendo de un ánfora, la estatua de lo que interpreto que
es una maestra, o a Juana de Arco en una actitud tan sumisa y beata
que contrasta con la imagen que tenía de ella.
Qué bonicos son los parques daneses |
Fijo que el sátiro estaba tomando Fanta de naranja. |
Juana de Arco, en posición de lavandera portuguesa. |
Bueno, dado que ya es mediodía y voy
en ayunas va siendo hora de buscar un sitio donde papear algo. No muy
lejos de Radhespladsen (o como se escriba) que, evidentemente,
también está de obras (en serio, ¿Gallardón tiene algún cargo
aquí?), encuentro un restaurante con una oferta de brunch buffet a
mitad de precio de 10 a 15, quedándose en 75Kr. No pareciéndome
demasiado caro un buffet de brunch por casi 11€, sobre todo
teniendo en cuenta que había wifi, entro a ponerme ciego como si no
hubiera un mañana.
Con el estómago agradablemente lleno
bajo hasta Rhadespladsen y, entre las obras, veo que hay algún tipo
de evento. Parece que están celebrando una semana temática. Hice
una foto que creo que basta para dejar clara la temática, a ver si
adivináis.
Semana piraaaaata. |
Tras recorrererme el Boulevard Hans
Christian Andersen vuelvo a la altura de Rhadespladsen pasando por un
lateral del Tívoli. El Tívoli es, si no recuerdo mal, el parque de
atracciones más antiguo de Europa. Molaría entrar a pasearlo,
parece bastante chulo, pero obviamente la entrada cuesta una pasta,
no voy a pagar 10€ por entrar a dar un paseo.
No muy lejos hay un cine bastante
hortera (un cine cuyas paredes son rosas, azules y amarillas entra
dentro de mi categoría de hortera) donde descubro para mi sorpresa
que hay un estreno dedicado a este blog:
Cuidado con Gárgamel! |
Bueno, ya son casi las 17, va siendo
hora de volver a la residencia para hacer la compra tocha y plantar
la bandera en la nevera. Me llevo cosas de alimentación para los
primeros días (huevos, leche, bandejitas de pollo, tomates cherry,
pepino,…) y cosas básicas de higiene (gel, champú, desodorante,
etc…) Sí, la mayoría de la fruta/verdura/hortaliza es cara, pero
sólo desde la perspectiva económica de un extranjero, para ellos
debe resultar relativamente barata. Sigue resultándome curioso que
más o menos la mitad de la fruta y hortaliza que encuentro sea
murciana.